lunes, 27 de octubre de 2008




Alguien me dijo por ahí, que había que saber "dónde" se ponía la sangre...,
y hasta que no lo escuché así, de esa forma,
no me dí cuenta que demasiadas veces había puesto mi sangre con intención,
pero inutilmente derramada.

Ya es tiempo de ponerla allí...

Porque ví, escuché y sentí.

La única forma de hacer las cosas en serio y que la sangre no se derrame
en un desierto de desidia y apatía,
es recordar que cada vez que enseñamos,
estamos aprendiendo,
y que siempre debajo de las piedras,
por más desierto en que ellas habiten,
habrá vida y humedad.
Que la única manera, que el camino acorte distancias,
que la claridad acompañe,
de mirar a los ojos sin remordimiento,
es al EDUCAR,
sabiendo que al mismo tiempo
nosotros nos estamos transformando.

En mi país, maravilloso e inmenso,
me enseñaron poetas, maestros, pintores, escritores,
titiriteros, bibliotecarios,
murgueros y músicos...
Porqué no provocar un "intencionado" encuentro.
Que niños, jovenes y artístas,
nos acerquen, por fín, "EL NOSOTROS" ...


Allá va mi sangre, entonces...


María Fernanda Gutiérrez
mujer
madre
panadera
narradora
soñadora
idealista
papelera

hechicera
decidora libre...





No hay comentarios: